david h. colmenares news notes publications talks teaching vitae

Musica con la que escribo

Tras largos años de lectura y escritura silente, hará cosa de 3 años descubrí quera posible escribir escuchando ciertos tipos de música. Es evidente que diversos géneros musicales activan diversas zonas del cerebro, y al menos en mi caso, los ruiditos electrónicos y las atmósferas sonoras más bien vagas no parecen obstaculizar el procesamiento verbal. En particular, este tipo de música funciona muy bien cuando me encuentro escribiendo en modo “vuelapluma”: las 3 páginas de prosa libre, escrita de un tirón, sin notas ni ataduras, que trato de escribir cada mañana.

A continuación va una selección de tres álbumes con los que escribo muy bien.1

Specifics, Midwest Product (2002)

La historia de cómo escuché por primera vez este álbum, el primero de música electrónica que aprendía disfrutar, es complicada, y acotence en un lugar improbable: Kathmandú. Baste decir que al día de hoy, su combinación de música electro-acústica y ruiditos electrónicos me parece insuperable.

Dive, Tycho (2010)

No recuerdo cómo ni donde descubrí a Tycho, el proyecto musical del talentosísimo diseñador gráfico Scott Hansen, pero sí recuerdo que durante práctiamente un año, en Berlín, pasé cada mañana escribiendo en un café con Dive en el fondo.

Risveglio, Alessandro Cortini (2017)

Mi descubrimiento de Alessandro Cortini, a diferencia de Tycho, tiene fecha, hora y lugar. Acontenció en el gran festival de música experimental de Berlín: Craftwerk, en 2016. Su nombre siempre estará aúnado a una de las experiencias estéticas más grandes de mi vida, y Risveglio es uno de mis discos favoritos, si bien en una primera audición puede parecer difícil de escuchar.

Mourning, Wander (2016)

Este es la última adición a la lista, y el último grupo por el que he desarrollado verdadera apreciación. Escuché a Wander en un curioso programa sobre bandas locales en una estación de la Península. Esta banda de Oakland describe su música como post-rock, y no podría estar más de acuerdo. Si bien carece por completo de ruiditos electrónicos, es el devenir electrónico de un conjunto de heavy metal.

  1. Mención aparte merece el bellísimo soundtrack que Aimar Molero escribió para el programa Ommwriter. Esta música, en bucle, está deliberadamente pensada para escribir, y no podría recomendarla más. 

ORCID CC BY-SA 2024